Había esperado este día con tanta ilusión, que apenas podía creer que ya estaba pasando, y sin embargo…no podía quitarse esa ansiedad, esa sensación de intranquilidad. Había intentado no pensar en él…sin éxito.
Cuando finalmente volvió a la habitación del hotel, allí estaba, exactamente en el mismo lugar donde lo había dejado, orgulloso y desafiante, con varios WhatsApps por descubrir. Todavía resonaba en sus oídos las felicitaciones de sus invitados.