por Helan Ruiz | Microrrelatos
Había esperado este día con tanta ilusión, que apenas podía creer que ya estaba pasando, y sin embargo…no podía quitarse esa ansiedad, esa sensación de intranquilidad. Había intentado no pensar en él…sin éxito.
Cuando finalmente volvió a la habitación del hotel, allí estaba, exactamente en el mismo lugar donde lo había dejado, orgulloso y desafiante, con varios WhatsApps por descubrir. Todavía resonaba en sus oídos las felicitaciones de sus invitados.
por Helan Ruiz | Microrrelatos
Sólo tiene cinco años, nos mira a toda la familia reunida en el salón y dice:
«Ahora tenéis que estar todos un rato sin mirar al móvil mientras jugamos a esto».
Y yo no puedo evitar sentir pena y la sensación de que nos estamos equivocando…
por Helan Ruiz | Microrrelatos
Y a pesar de todo este tiempo sin disfrutar de una caricia, siento deseo… Y sonriendo, pienso: estoy viva… Y eso me reconforta.
por Helan Ruiz | Microrrelatos
Nos habíamos conocido una noche de verano y hubo química. Al mes de estar juntos, una tarde de sábado me envió un WhatsApp con el doloroso «Mejor que seamos amigos» y esa misma noche me lo encontré por casualidad. Cuando llegué a casa de madrugada, puse unas lentejas en remojo y con determinación pensé «mañana será otro día», mientras mis lágrimas se diluían en el agua.
por Helan Ruiz | Microrrelatos
Amanece y soy consciente de que he tenido una noche creativa: mi cabeza bulle de pensamientos y me levanto con ilusiones renovadas. Esta noche daré forma al microrrelato.
por Helan Ruiz | Microrrelatos
Desde la ventana de mi dormitorio de verano, marinero y salado, Marruecos al fondo, contemplo los atardeceres de este agosto extraño y diferente. Confinada y asustada.