Alrededor
Un paseo a orillas del mar mediterráneo, bajo el luminoso sol malagueño, me hace sonreír y sentirme afortunada, a pesar de los pesares…
Hemos intercambiado decenas de mensajitos a través de la aplicación. Él es interesante, original y creativo en sus escritos. Fantaseo con el encuentro, soñadora. Y ya voy hacia nuestra cita, nos reconocemos por las fotos, nos saludamos, educados, tratando de estar relajados. Y ya sé que no vamos a llegar a nada…desilusionada, trato de sonreír, pensando qué película voy a ver esa noche.
Y contigo se quedó una porción de mi alma, allá en Bruselas, año 2000. Besándonos en La Grand-Place. Tú regresaste a Perú y yo a España, sin saber que nuestros caminos no volverían a cruzarse, que no tendríamos un día más para nosotros…
La pluma, entristecida, miró a la tinta. Llevaban tiempo sin nada que decirse, olvidadas en el secreter. El papel albergaba cierta esperanza, pero era consciente de la realidad.
Nunca encontraba tiempo para quedarse más de dos minutos. Llegaba, las bolsas cambiaban de mano con una mirada de agradecimiento y a veces dos sonoros besos, y volvía a su vida planificada y precisa. Veía con el corazón encogido, la hilera de personas que esperaban con resignación su turno. Hasta que un día, escuchó a alguien decir: «Ojalá hubiera más personas como tú», entonces, con una sensación de vergüenza, decidió quedarse a ayudar de verdad.