Seleccionar página
Un domingo cualquiera

Un domingo cualquiera

Cierro los ojos, tumbada en el sofá de la casa de mis padres, cualquier domingo por la tarde y oigo el leve ruido que hace mi padre al pasar las páginas del periódico. A su lado, en el otro sillón, mi madre lee el suplemento del domingo. Sentirlos tan cerca me reconforta. Y pienso: ¡esto es vida! Dando por hecho que será así para siempre. Y ya han pasado dos años desde tu repentina pérdida, papá. Y aquí seguimos, comprando cada domingo El País, como tú hacías, tratando de seguir la vida sin ti…

Puedes ver este artículo en el siguiente enlace de El País. Segunda entrada

Otro día

Otro día

Nos habíamos conocido una noche de verano y hubo química. Al mes de estar juntos, una tarde de sábado me envió un WhatsApp con el doloroso «Mejor que seamos amigos» y esa misma noche me lo encontré por casualidad. Cuando llegué a casa de madrugada, puse unas lentejas en remojo y con determinación pensé «mañana será otro día», mientras mis lágrimas se diluían en el agua.

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad