Estos dos últimos años nos han cambiado hasta las expresiones…Vuelvo a escuchar “Si Dios quiere” en las conversaciones con la familia, con los amigos, en la calle… Antes dábamos por hecho que los planes eran de una determinada manera, inamovibles… Y ahora nos encomendamos de nuevo a Dios. Felices Fiestas, si Dios quiere…
Me encanta tu reflexión, Helan. A veces tiene que venir la vida con sus «lecciones» para que podamos crecer y evolucionar.
Viene bien una cura de humildad para darnos cuenta de que la vida se vive aquí y ahora, y que los planes de futuro, aunque importantes y necesarios, son eso: planes.
Me siento muy identificada con esta expresión y con tu reflexión. Gracias.
Gracias, querida Helan, por hacernos conscientes de esta reflexión tan cierta… Si algo hemos de aprender de esta situación que nos obliga a vivir en constante incertidumbre, es a vivir conscientemente el presente, a no hacer planes a largo plazo y como bien dices, a no dar nada por hecho.
Qué importante y necesario recapacitar en ello…Gracias!!!
Felices Fiestas para ti también, querida bloguera ❤️
Gracias por tu bonita aportación, amiga «prosera». Happy Xmas!!!;)
Feliz Navidad Helan! Te deseo unos días de felicidad en familia.
Dios está siempre presente en mi vida y aunque han sido dos años duros, saber que está a nuestro lado cuidándonos me reconforta. Me alegra saber que volvemos a encomendarnos a Dios porque sin duda es un gran apoyo que nos va a ayudar a salir de todo lo que nos está tocando vivir y valorar los pequeños detalles que la vida nos proporciona. Un abrazo!
Yo suelo comentar que si hay alguna cosa que ha venido a enseñarnos el coronavirus, es que tenemos que vivir el aquí y ahora.
Y también la unión y la generosidad.
Besos
¡¡Felices Fiestas!!
¡Felices fiestas y gracias por ser parte de este proyecto!
Gracias Helan por recordarnos el sentido de vivir en tan poquitas palabras. Vivir conectados en el aquí y ahora.
Feliz año querida bloguera!
Totalmente cierto. Cuanto más creemos que lo tenemos todo controlado viene un «tsunami» que echa nuestros planes por la borda. No siempre esto es negativo: la capacidad de improvisar es lo que nos ayuda a crecer.