Desde la ventana de mi dormitorio de verano, marinero y salado, Marruecos al fondo, contemplo los atardeceres de este agosto extraño y diferente. Confinada y asustada.
Desde la ventana de mi dormitorio de verano, marinero y salado, Marruecos al fondo, contemplo los atardeceres de este agosto extraño y diferente. Confinada y asustada.
Por suerte, tenías esta estupenda ventana al Estrecho.
Así es… y acompañada. ¡Hay que ver el lado positivo de las cosas!