Salada, rebelde y marinera. Gaditana. Así es nuestra casa de verano Aguaviva. Entre el Peñón de Gibraltar y Algeciras. Enfrente las montañas de Musa, Marruecos. Los vientos de Levante y Poniente en un eterno juego, presencia constante en el Campo de Gibraltar.
La casa, de mediados del siglo pasado, construida por deseo de mi abuela Victoria. Poco a poco ampliada con mimo y esfuerzo para acoger a todos los miembros de nuestra familia.
Aquí disfrutó mi bisabuela Emilia de veranos largos y tranquilos. Y aquí nos sorprendió mi sobrina Marta con sus primeros pasos.
Todos los años esperamos con ilusión el verano circular de nuestra vida.
Cómo es que en apenas un par de líneas se pueden plasmar tanto?!
Deseando ya leer el siguiente relato!
Qué bonito, y qué bien expresado, me identifico como miembro de la familia.
Gracias por vuestros comentarios!
Una reflexión maravillosa. Deja volar la imaginación…
Qué bonita descripción!